Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2014

Ambigüedad.

Un deseo, un impulso. Tal vez algo distinto, pero parecido. Todo se veía alrededor cómo una nada, como un todo que iba absorbiendo hasta la más mínima cosa. No sabía que sucedía, pero me sentía completo, así que no me importaba. Pudieron haberme estado cortando los pies, o asesinado a cada integrante de mi familia, pero yo estaba tranquilo, y eso me bastaba. Fragmentos de recuerdos, algunos espeluznantes y otros maravillosos, abordaban mi mente en diminutos intervalos de tiempo. Por un lado me atormentaban, por otro me confundían. Aún así, yo estaba feliz. Un respiro, que no es respiro; un suspiro; que se pierde en el aire; un sonrisa, que nadie ve, porque todos le temen.  Tal vez sea cosa del destino, tal vez sea una decisión tomada de manera subconsciente. No lo sé. Nunca lo sabré. Lo cierto es que hasta ahí llegó todo. Abordé el avión que me llevaría a ese triángulo de las Bermudas en el que solo podría estar yo. Tal vez hoy, tal vez mañana; aunque confieso que no tengo noción d

Reflejos escondidos: epílogo.

Subí las escaleras, tomándome todo mi tiempo, mientras tarareaba la canción de cuna que me cantaba mi madre todas las noches, me gustaba tanto como una película de terror a un niño de 3 años. "Sleep my little Katty dream with daddy and with your mommy until the morning." Pasé primero por su habitación, lo dos estaban flotando sobre un mar rojo que desbordada hacia todas las direcciones. Me acerqué a ellos y les di, a cada uno, un beso de buenas noches. Su expresión me dejaba ver que no les había gustado mi beso, eso me molestó, así que me fui de allí, dejándolos solos en su descanso. Quise ir a visitar la habitación del muñeco. Estaba en su cuna, la cuál tenía un extraño diseño de manchas rojas que iban desde ella hasta la pared y el piso, me miraba con los ojos muy abiertos, como si no entendiese lo que pasaba. Froté su pequeña cabeza, y no precisamente con cariño, y le di un beso en ella. "Buenas noches, hermanito " le susurré al muñeco de por

Reflejos escondidos.

"Pum, pum, pum...!" Como sonido de fondo. Estaba aterrada, no sabía en donde esconderme. Hace un rato había escuchado los tres gritos más espeluznantes de mi vida, por supuesto que pertenecían a la otras tres personas que vivían en mi casa: mi padre, mi madre y mi pequeño hermano.  Lloraba desconsoladamente, sabía que habían muerto, ¿cómo podía lidiar, una niña de 12 años, con todo esto? pero no tenía tiempo de entrar en pánico, ya venía por mí. Estaba muy confundida, no sabía a donde huir, pero sabía que no podía quedarme ahí. "Pum, pum, pum...!" Escuché sus pasos otra vez, y me decidí por hacer lo primero que pasó por mí mente en ese momento: correr. Salí del closet en el que estaba escondida y me dispuse a bajar las escaleras. "Pum, pum, pum...!"   Escuché sus pasos otra vez. Giré mi cabeza en todas las direcciones y no vi nada así que bajé las escaleras aceleradamente, tropezando un par de veces. Estaba hecha un manojo de nervios, mie

Él.

Quieres correr Quieres morir Quieres llorar. Quieres estar en la cima de una montaña Y dejar de respirar. Anhelas todo Pero no haces nada, Por miedo al fracaso Y excusas inventadas. No quieres querer Porque temes amar. Y tanto miedo de dañar a los demás Te está llevando a colapsar. Eres solitario Porque así lo decidiste. Prefieres pasar inadvertido, Solo tú y tus cicatrices. Te hicieron tanto daño en el pasado Que ahora sólo eres trozos rotos, Grietas, cicatrices, Escombros, Y un corazón, Que alguna vez fue hermoso.