...

lastre desplazado por el viento
llevado hacia abajo o hacia arriba
ya no más,
no más que estoy ahogada
la repulsión hacia lo común se acentúa
la intención de seguir disminuye

palpo lo impalpable, en un espejísmo
de cuerpos que se revelan de dentro hacia afuera

puedo sentir el alma
quiero tocar su alma

cuerpos que mutan en demonios
no son más que la veracidad de lo que somos:
siluetas egoístas
corazones inservibles
mentiras encapsuladas
violencia disfrazada de preocupación
satisfacción disfrazada de amor
aún más mentiras, que florecen con el tacto

monstruos en dos piernas
cubiertos de piel
llamándose humanos

no sentimos, creémos que sentimos
nos ofende nuestro egoísmo y lo cubrimos con falacias
pero en la certeza está que decidimos amar
   (solo y únicamente)
porque gozamos ser amados

caminamos la vida esperando morir
y, en nuestra estupidez, morimos esperando 
   (o temiendo) 
el seguir viviendo.

es que no entendemos nunca que no hay nada más que esto

que cuando se proclama sobre el bendito y benevolente cielo
o sobre el maldito y furioso infierno
es porque temblamos ante la idea de admitir que ellos son, en realidad, la cruda    
sádica,
lacerante,
despiadada,
cruel,
e infame vida misma.
                                  (silencio...)                                                                                                            

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