¿Cómo no amarlo?
No hablemos más de amor, no hace falta. No profanemos el amor con el idioma que se desliza por tu boca cuando mientes, engañas y rebajas a la gente; no con la misma boca con la que le hiciste promesas a otro; no cuando tu corazón está en controversia con lo que dices. Hablemos de amor con un lenguaje distinto; sin a, sin m, sin o, sin r; sin cartas escritas a mano que apaguen el amor desde lejos. No me hables del amor, háblame con amor. Con besos y caricias en los lugares correctos, y recorridas sobre el valle de tu cintura. Yo te hablaré como no hablé de nadie, te explicaré el amor como nunca nadie lo ha hecho. Prometo que me recordarás en cualquier rincón en el que hables de amor.